sábado, 23 de marzo de 2019

Cine Neorrealista-Costumbrista Italiano - Dialogo di un venditore di almanacchi e di un passeggiere (Diálogo entre un vendedor de calendarios y un transeúnte) (1954) - Ermanno Olmi (2)


Sinopsis
Una fría noche de fin de año en el centro de Milán. Los vendedores callejeros ofertan sus productos a los transeúntes que pasan por sus inmediaciones intentando que les compren algo.
Un peatón se detiene delante del puesto de un vendedor de calendarios y comienza a preguntarle sobre algunos aspectos de su vida antes de comprarle uno de sus almanaques.

Curiosidades
-La película reproduce palabra por palabra el texto original de Leopardi.

Dirección: Ermanno Olmi
Guion: Ermanno Olmi (Cuento breve de Giacomo Leopardi - 1832)
Producción: Productora RCT
Año: 1954
Fotografía: Adriano Bernacchi, Carlo Pozzi
Música: Pier Emilio Bassi
Intérpretes: Paolo Pampurini, Enzo Tarascio
Duración: 10 minutos
  
*DIÁLOGO
Vendedor. ¡Almanaques, almanaques, almanaques nuevos! ¡Calendarios nuevos! ¿Un almanaque, señor?
Transeúnte. ¿Son para el año nuevo?
Vendedor. Sí, señor.
Transeúnte. ¿Crees que tendremos un año nuevo feliz?
Vendedor. Sí, caballero, sí, por supuesto.
Transeúnte. ¿Como el año que acaba de pasar?
Vendedor. Más, más todavía.
Transeúnte. ¿Como el anterior?
Vendedor. Más todavía, caballero.
Transeúnte. ¿Como cuál, entonces? ¿No te gustaría que el año nuevo fuera como alguno de estos últimos años?
Vendedor. No, señor, eso no me gustaría.
Transeúnte. ¿Cuántos años nuevos pasaron desde que empezaste a vender almanaques?
Vendedor. Van a ser veinte años, caballero.
Transeúnte. ¿A cuál de esos veinte años te gustaría que se pareciera el año que viene?
Vendedor. ¿Cuál me gustaría a mí? No, no sabría decirle.
Transeúnte. ¿No recuerdas alguno en especial, que te haya parecido feliz?
Vendedor. La verdad no, caballero.
Transeúnte. Pero la vida es bella, ¿no es cierto?
Vendedor. Eso ya se sabe.
Transeúnte. ¿No volverías a vivir esos veinte años, e incluso todo el tiempo que pasó, desde que naciste?
Vendedor. ¡Ah, estimado señor, ojalá se pudiera!
Transeúnte. ¿Pero si tuvieras que volver a vivir la vida que ya viviste, exactamente igual, con todos sus placeres y dolores?
Vendedor. No, no, eso no quisiera.
Transeúnte. ¿Y qué otra vida quisieras volver a vivir? ¿La vida que tengo yo, o la del príncipe, o la del algún otro? ¿No crees que tanto yo como el príncipe o cualquier otro responderíamos igual que tú, con esas mismas palabras, que si tuviéramos que repetir lo ya vivido, no nos gustaría volver al pasado?
Vendedor. Bueno, sí, eso creo.
Transeúnte. Entonces, ¿no volverías atrás, si la condición es ésta y no otra?
Vendedor. No, señor, en serio, no volvería.
Transeúnte. ¿Qué vida quisieras, entonces?
Vendedor. La vida que Dios me diera, sin otras condiciones.
Transeúnte. ¿Una vida librada al azar, sin saber nada de antemano, como no se sabe nada del año nuevo?
Vendedor. Sí, así es.
Transeúnte. Lo mismo quisiera yo si pudiera vivir de nuevo, y creo que todos. Esto indica que el azar, en lo que fue del año, trató mal a todo el mundo. Y se ve claramente que cada uno opina que el mal fue mucho mayor y mucho más grave que el bien que le tocó en suerte. Si la condición para recuperar la vida desde el comienzo incluyera todo lo malo y lo bueno, a nadie le gustaría volver a nacer. La vida bella no es la que se conoce, sino la que no se conoce. No es la vida pasada, sino la futura. Con el año nuevo, el azar nos tratará bien a los dos, y a todos, y comenzará la vida feliz. ¿No es cierto?
Vendedor. Espero que sí.
Transeúnte. Entonces, muéstrame el almanaque más bonito que tengas.
Vendedor. Tome, caballero. Son treinta céntimos.
Transeúnte. Aquí los tienes.
Vendedor. Gracias, caballero, hasta pronto. ¡Almanaques, almanaques nuevos! ¡Calendarios nuevos!


***

Dialogo di un venditore di almanacchi e di un passeggere (1832) - Giacomo Leopardi (Operette morali)
Venditore.  Almanacchi, almanacchi nuovi; lunari nuovi. Bisognano, signore, almanacchi?
Passeggere. Almanacchi per l'anno nuovo?
Venditore. Si signore.
Passeggere. Credete che sarà felice quest'anno nuovo?
Venditore. Oh illustrissimo si, certo.
Passeggere. Come quest'anno passato?
Venditore. Più più assai.
Passeggere. Come quello di là?
Venditore. Più più, illustrissimo.
Passeggere. Ma come qual altro? Non vi piacerebb'egli che l'anno nuovo fosse come qualcuno di questi anni ultimi?
Venditore. Signor no, non mi piacerebbe.
Passeggere. Quanti anni nuovi sono passati da che voi vendete almanacchi?
Venditore. Saranno vent'anni, illustrissimo.
Passeggere. A quale di cotesti vent'anni vorreste che somigliasse l'anno venturo?
Venditore. Io? non saprei.
Passeggere. Non vi ricordate di nessun anno in particolare, che vi paresse felice?
Venditore. No in verità, illustrissimo.
Passeggere. E pure la vita è una cosa bella. Non è vero?
Venditore. Cotesto si sa.
Passeggere. Non tornereste voi a vivere cotesti vent'anni, e anche tutto il tempo passato, cominciando da che nasceste?
Venditore. Eh, caro signore, piacesse a Dio che si potesse.
Passeggere. Ma se aveste a rifare la vita che avete fatta né più né meno, con tutti i piaceri e i dispiaceri che avete passati?
Venditore. Cotesto non vorrei.
Passeggere. Oh che altra vita vorreste rifare? la vita ch'ho fatta io, o quella del principe, o di chi altro? O non credete che io, e che il principe, e che chiunque altro, risponderebbe come voi per l'appunto; e che avendo a rifare la stessa vita che avesse fatta, nessuno vorrebbe tornare indietro?
Venditore. Lo credo cotesto.
Passeggere. Né anche voi tornereste indietro con questo patto, non potendo in altro modo?
Venditore. Signor no davvero, non tornerei.
Passeggere. Oh che vita vorreste voi dunque?
Venditore. Vorrei una vita così, come Dio me la mandasse, senz'altri patti.
Passeggere. Una vita a caso, e non saperne altro avanti, come non si sa dell'anno nuovo?
Venditore. Appunto.
Passeggere. Così vorrei ancor io se avessi a rivivere, e così tutti. Ma questo è segno che il caso, fino a tutto quest'anno, ha trattato tutti male. E si vede chiaro che ciascuno è d'opinione che sia stato più o di più peso il male che gli e toccato, che il bene; se a patto di riavere la vita di prima, con tutto il suo bene e il suo male, nessuno vorrebbe rinascere. Quella vita ch'è una cosa bella, non è la vita che si conosce, ma quella che non si conosce; non la vita passata, ma la futura. Coll'anno nuovo, il caso incomincerà a trattar bene voi e me e tutti gli altri, e si principierà la vita felice. Non è vero?
Venditore. Speriamo.
Passeggere. Dunque mostratemi l'almanacco più bello che avete.
Venditore. Ecco, illustrissimo. Cotesto vale trenta soldi.
Passeggere. Ecco trenta soldi.
Venditore. Grazie, illustrissimo: a rivederla. Almanacchi, almanacchi nuovi; lunari nuovi.








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