*La democracia no es más que el gobierno de las masas, donde
un 51% de la gente puede lanzar por la borda los derechos del otro 49%.
*Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto
más duro trabajo, más suerte tengo.
*La historia no nos muestra ningún ejemplo de pueblo alguno manejado por el clero que haya tenido un gobierno civil y libre.
*Pongan a la razón firmemente en su trono, y llamen ante su tribunal a cada hecho, a cada opinión. Cuestionen con bravura incluso la existencia de Dios; porque si lo hay, debe más aprobar el homenaje de la razón que el del temor ciego.
*El ridículo es la única arma que puede ser usada en contra de las
posiciones ininteligibles. Las ideas tienen que ser distinguibles antes de que
la razón pueda actuar sobre ellas; y ningún hombre ha tenido nunca una idea
distinguible de la trinidad. Es el mero abracadabra de los vendedores de
pócimas que se llaman a sí mismos sacerdotes de Jesús.
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