*Sí, soy vegetariano.
Encuentro bastante repulsiva la idea de rellenar mi garganta con fragmentos de
CADÁVERES, y me sorprende ver cuánta gente lo hace todos los días.
*Déjenme decirlo abiertamente: estamos rodeados de una industria de la degradación, la crueldad y la muerte que iguala cualquier cosa de que fue capaz el Tercer Reich, incluso la hace palidecer, dado que la nuestra es una industria sin fin, que se autorregenera, que trae al mundo conejos, ratas, aves de corral y ganado con el único propósito de matarlos.
*Los nazis aprendieron a
procesar los cadáveres en los mataderos de Chicago.
*Regreso una vez más a
los centros de muerte que nos rodean, esos centros de matanza a los que
cerramos nuestros corazones en un enorme esfuerzo colectivo. Cada día hay un
nuevo holocausto, y sin embargo, por lo que veo, nuestro ser moral permanece
intacto. No nos sentimos contaminados. Parece que podamos hacer cualquier cosa
y salir impolutos.
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