*Si la religión fuera cierta, sus seguidores no tratarían de
someter a sus jóvenes en una conformidad artificial, sino que sólo insistirían
en que buscaran inquebrantablemente la verdad, independientemente de orígenes
artificiales o consecuencias prácticas.
*El hombre que conoce
la verdad está más allá del bien y del mal. El hombre que conoce la
verdad ha comprendido que la ilusión es la realidad única y que la sustancia es
la gran impostora.
*Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad, pueden
producir la insoportable desesperación que resulta de perder la propia identidad.
*La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más
intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.
*Que no está muerto lo que duerme eternamente; y en el paso
de los eones, aún la misma Muerte puede morir.
*La satisfacción de un momento es la ruina del siguiente.
*No hay mucha gente que sepa cuántas maravillas se les abren
en las historias de la juventud, ya que cuando somos niños oímos y soñamos,
albergamos ideas a medio cuajar, y cuando al hacernos hombres intentamos
recordar, nos vemos estorbados y convertidos en seres prosaicos por el veneno
de la vida. Pero algunos de nosotros nos despertamos en mitad de la noche entre
extraños fantasmas de colinas y jardines encantados, de fuentes cantarinas al
sol, de acantilados dorados a la vera de mares rumorosos, de llanuras abiertas
en torno a somnolientas ciudades de bronce y piedra, de la severa compañía de
héroes cabalgando blancos caballos engualdrapados junto a espesas selvas; y
entonces sabremos que hemos vuelto los ojos a las puertas de marfil del mundo
de prodigios que fuera nuestro antes de convertirnos en sabios e infelices.
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