Meditación en la vida diaria
La manera más conveniente para meditar controlando la agitación mental, es permanecer sentado y con los ojos cerrados; sin embargo, cuando se sabe cómo llevar a cabo este control se puede seguir haciéndolo mientras se lleva a cabo cualquier actividad cotidiana.
La forma de conseguirlo es dividiendo la atención en dos partes, una se dedicará a la meditación interna, y la otra se centrará en la rutina que se esté realizando en ese momento.
De esta manera, la meditación interior dotará de sentido la actividad exterior y proporcionará concentración, eficiencia y motivación al practicante en su actividad.
Esta modalidad de meditación, en medio de la actividad y las distracciones, es por supuesto, mucho más difícil de llevar a cabo correctamente, pero una vez perfeccionada, produce una transformación interior determinante de cara a vincular nuestra vida espiritual con nuestra vida ordinaria, objetivo real y final de la auténtica meditación.
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