-Los circos siguen utilizando una gran cantidad de animales, salvajes en gran parte, como tigres, leones, elefantes, focas… y animales domésticos como perros, caballos, cabras...
Estos animales son obligados a realizar actividades antinaturales para ellos, llevando a cabo todo tipo de saltos, piruetas, bailes y coreografías en solitario o con otros animales.
-Animales como los tigres o los leones, grandes y activos, son forzados a pasar la mayor parte de su vida en una pequeña jaula, de la que sólo salen para entrenar y actuar.
-Los entrenadores usan métodos abusivos para adiestrarlos y así dominarlos a través de la fuerza. Utilizan látigos, ganchos, pinchos y barras de hierro dentro de su rutina de entrenamiento. También utilizan el método de premiar al animal con comida si hace lo que se le pide, pero como sólo suele funcionar si el animal tiene hambre, es habitual que pasen días sin comer.
-En cuanto a la climatología, el medio ambiente de los circos es completamente diferente a sus hábitats naturales. En verano, animales como los osos lo pasan muy mal con las altas temperaturas, mientras que en invierno son otros como los leones, a los que el encierro les provoca un gran daño físico y psicológico.
-Finalmente, cuando estos animales ya no sirven para actuar se les relega a una jaula hasta su muerte, son traspasados a otros circos, zoológicos o incluso vendidos como carne.
-Los circos vulneran dos artículos de la Declaración Universal de los Derechos del Animal, que data del año 1978:
*El artículo 4, expresa:
a) Todo animal perteneciente a una especie salvaje, tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse.
b) Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho.
*El artículo 10, dice:
a) Ningún animal debe ser explotado para esparcimiento del hombre.
b) Las exhibiciones de animales y los espectáculos que se sirvan de animales son incompatibles con la dignidad del animal.
Aun así, no hay leyes específicas en la Unión Europea para regular los circos ni ninguna de las materias relacionadas.
-Poco a poco se va consiguiendo que estos espectáculos vayan desapareciendo (algunos municipios ya se declaran “ciudad libre de circos con animales”), pero aún queda camino por hacer.
-Son otros valores de respeto, conocimiento y admiración los que debemos transmitir a los niños, frente a denigrar al animal a hacer piruetas y giros al son del látigo.
*Extracto artículo boletín 4Patas: Asociación Nacional Amigos de los Animales - ANAA
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