-El primer
arte que deben aprender los que aspiran al poder es el de ser capaces de
soportar el odio.
-La tristeza, aunque esté siempre justificada, muchas veces sólo es
pereza. Nada necesita menos esfuerzo que estar triste.
-Es rey
quien nada teme, es rey quien nada desea; y todos podemos darnos ese reino.
-No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad
olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.
-La amistad siempre es provechosa; el amor a veces hiere.
-Es tan grande el placer que se experimenta al encontrar un hombre
agradecido que vale la pena arriesgarse a hacer un ingrato.
-Un hombre
sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para
caer en ella.
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