Un maestro en el arte de vivir no establece ninguna
distinción entre su trabajo y el juego, entre el oficio y el ocio; su mente y
su cuerpo; su educación y su recreación. De hecho, apenas sabe qué es qué.
Simplemente trata de hacer de manera óptima aquello a lo que está dedicado, y
deja que los demás juzquen si está trabajando o jugando.
Para sí mismo, él siempre parece estar haciendo ambas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario