*La alfabetización emocional y la tolerancia pueden lograrse
concediendo a las otras personas el derecho a equivocarse, aun cuando no estás
de acuerdo con ellas, pero sin rechazarlas ni despreciarlas como seres humanos
por comportarse de ese modo.
*Tenemos una tendencia a instalar hábitos autodestructivos,
en gran parte también porque lo aprendemos de nuestros padres y de nuestra
cultura. Por consiguiente, suelen ser más fuertes y difíciles de desarraigar que
las creencias más positivas y más sanas.
*La persona emocionalmente madura debe aceptar por completo
el hecho de que vivimos en un mundo de probabilidades y de azar, donde no hay,
ni probablemente jamás habrá, certezas absolutas, y debe darse cuenta de que no
es para nada horrible.
*Toda persona tiene capacidad para cambiarse a sí misma.
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