*La mediocridad es la más feliz de las máscaras que puede
usar un espíritu superior, porque el gran número, es decir, los mediocres, no
sospechan que en ello haya engaño; y, sin embargo, por esto es por lo que se sirve
de esta arma el espíritu superior: para no irritar, y, en casos no raros, por
compasión y bondad.
*Pueden prometerse acciones, pero no sentimientos, porque
éstos son involuntarios. Quien promete a otro amarlo siempre u odiarlo siempre
o serle siempre fiel, promete algo que no está en su mano poder cumplir; lo que
puede prometer son actos o manifestaciones, que si bien ordinariamente son
consecuencia del amor, del odio, de la fidelidad, pueden también provenir de
otras causas, puesto que caminos y motivos diversos conducen a una misma
acción.
*Cuando un hombre rebaja su talento únicamente para ponerse
al nivel del lector, comete un pecado mortal que éste no le perdonará nunca,
suponiendo, por supuesto, que se dé cuenta de ello. Puede uno decirle al hombre
cosas atroces, pero enalteciendo su vanidad.
*¿Quién nos contara alguna vez la historia de los narcóticos,
que es casi la historia de la cultura, de la denominada cultura superior?
*No —respondió Zarathustra—, yo no doy limosna. No soy lo bastante
pobre como para dar limosna.
*No existen fenómenos morales, sino sólo una interpretación
moral de los fenómenos.
*La demencia es algo raro en los individuos, pero en los
grupos, los partidos, los pueblos, las épocas constituye la regla.
*El ateísmo y una especie de segunda inocencia van
juntos.
*El cristianismo ha tomado partido por todo lo que es débil,
humilde, fracasado; ha hecho un ideal de la contradicción a los instintos de
conservación de la vida fuerte; ha estropeado la razón incluso de los
temperamentos espiritualmente más fuertes al enseñar a sentir como pecaminosos,
como extraviados, como tentaciones, los supremos valores de la
espiritualidad.
*Mientras el sacerdote, ese negador, calumniador,
envenenador profesional de la vida, siga siendo considerado
como una especie superior de hombre, no habrá respuesta a la pregunta: ¿qué es
la verdad?
*Lo que un teólogo siente como verdadero, eso es,
necesariamente, falso: en esto se tiene casi un criterio de verdad.
*Hasta donde alcanza el influjo de los teólogos, el juicio
de valor está puesto cabeza-abajo, los conceptos verdadero y falso están
necesariamente invertidos.
*Definición del protestantismo: la hemiplejía del
cristianismo — y de la razón.
*El "espíritu puro" es estupidez pura: si quitamos
de la cuenta el sistema nervioso y los sentidos, la "envoltura
mortal", erramos el cálculo.
*Confieso que son pocos los libros que leo con tantas
dificultades como los evangelios.
*El miedo al dolor, incluso a lo infinitamente pequeño en el
dolor no puede acabar de otro modo que en una religión del amor.
*Quien buscase signos de que una divinidad irónica mueve sus
dedos tras el gran juego del mundo, encontraría un apoyo no pequeño en el
enorme signo de interrogación que se llama cristianismo.
*Tenemos que saber hoy que, en cada frase que dice, un
teólogo, un sacerdote, un papa, no sólo yerra, sino que miente.
*¡Qué puede ser menos evangélico que la
"reparación", el "castigo", el "someter a
juicio"!
*Cuando se coloca el centro de gravedad de la vida no en la
vida, sino en el "más allá" —en la nada— se le ha quitado a la vida
como tal el centro de gravedad.
*Es preciso no dejarse llevar a engaño: "¡No
juzguéis!", dicen, pero ellos mandan al infierno a todo lo que los
estorba.
*Incluso los fariseos y los escribas sacan ventaja de tales
adversarios, tienen que haber poseído algún valor para ser odiados de manera
tan indecente.
*Y al viejo Dios se le ocurre una última decisión: "el
hombre se ha vuelto científico — no queda otro remedio, ¡hay que
ahogarlo!".
*Si decimos que los cristianos descienden de los monos es por
pura amabilidad.
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