*El arma más violenta de
la Tierra es el tenedor de la mesa.
*Creo que el crecimiento
espiritual, llegado a un cierto grado, exige de nosotros que dejemos de matar a
los seres vivos animales para satisfacer nuestras necesidades físicas.
*Sostengo que cuanto más
indefensa es una criatura, más derechos tiene a ser protegida por el hombre
contra la crueldad del hombre. Debo realizar todavía muchas purificaciones y
sacrificios personales para poder salvar a esos animales indefensos de un
sacrificio que no tiene nada de sagrado. Ruego constantemente a Dios para que
nazca sobre esta tierra algún gran espíritu, hombre o mujer, encendido en la
piedad divina, capaz de librarnos de nuestros horrendos pecados contra los
animales, salvar las vidas de criaturas inocentes y purificar los templos.
*La grandeza de una
nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que ellos
tratan a sus animales. Yo siento que el progreso espiritual requiere que en
algún momento dejemos de matar a nuestras criaturas hermanas para la
satisfacción de nuestros deseos corporales.
*En mi mente, la vida de
un cordero no tiene menos valor que la de un humano. La superioridad de los
seres humanos sobre los demás animales deberíamos demostrarla no sólo
aborreciendo la salvaje manía de asesinarlos y devorarlos, sino cuidándolos,
protegiéndolos y amándolos.
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