El progreso hacia una
sociedad duradera no podrá ocurrir sin una transformación de nuestros valores y
prioridades. El materialismo y la sociedad de consumo simplemente no podrán
sobrevivir en la transición hacia un mundo sostenible. A medida que avance la
comprensión pública de la necesidad de adoptar estilos de vida más sencillos y
menos consumistas, pasará de moda el poseer coches y ropas de último modelo.
Los beneficios potenciales de liberar la creatividad humana, hoy dedicada a
producir, anunciar, comprar, consumir y desechar productos materiales, son
enormes.
Esta energía y creatividad
ayudará a formar relaciones humanas más plenas, comunidades más fuertes y
mayores perspectivas para la diversidad cultural, la música y las artes. Y a
medida que la riqueza material deje de ser un objetivo, el abismo entre los
poseedores y los desposeídos desaparecerá gradualmente.
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