El aspirante a Licenciado, que se había aprendido todos los saberes que ayudan
a vivir del cuento, aceptó y propuso al barquero las siguientes tesis:
-Primera verdad: El pan duro,
duro, más vale duro que no ninguno.
-Verdad es, dijo el barquero.
-Segunda verdad: El zapato malo, malo, más vale en el pie que no en la mano.
-Segunda verdad: El zapato malo, malo, más vale en el pie que no en la mano.
-También es, ciertamente, una buena verdad, exclamó el
barquero boquiabierto por la profundidad del pensamiento del estudiante.
-Tercera verdad: Si a todos los pasas como a mí, dime barquero, ¿qué haces aquí?
-Tercera verdad: Si a todos los pasas como a mí, dime barquero, ¿qué haces aquí?
-Esta es la mejor verdad que has dicho y me servirá de
provechosa lección, porque oficio que no da de comer a su dueño, es mucha
tontería ejercerlo.
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