Estanque con agua
Sentado. Relajado. Deja que la respiración fluya por sí sola, sin tratar de controlarla.
Imagina un estanque con agua. No es demasiado grande y tiene forma circular. Es simple, sin peces, sin plantas, sin adornos, sólo refleja el azul claro del cielo sobre su superficie cristalina. El agua se mantiene totalmente inmóvil, no hay ninguna onda, nada la altera en este momento.
Imagina que cualquier pensamiento produce leves olas concéntricas que rompen su quietud, como si hubiera caído una piedrecilla; cada nueva distracción produce nuevas ondas.
*Cuando te des cuenta que tu mente piensa en otra cosa, vuelve a tu meditación e intenta mantener el agua calmada de nuevo.
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