-Se practica tan sólo para la diversión y entretenimiento de unos cuantos.
-Un alto porcentaje de los perros que se dedican hoy en día a la caza son objeto de malos tratos (en todos los sentidos) y abandonos. El perro es usado como si fuera una mera herramienta.
-Mantienen a los animales en parcelas, fincas o pseudo residencias, faltando en todas ellas instalaciones adecuadas con alarmante frecuencia. La mayoría de estas residencias son clandestinas y no cuentan con los permisos necesarios, pero sólo sale a la luz lo que ocurre en ellas cuando alguien lo denuncia.
-Los perros viven permanentemente atados con cortas cadenas fijadas a argollas, que no les permiten ni levantarse; la alimentación es insuficiente y de mala calidad y el agua no es renovada a diario, las condiciones higiénico sanitarias son pésimas y las instalaciones se limpian y desinfectan muy de tanto en tanto (en el mejor de los casos), por lo que los animales muchas veces viven entre sus propias heces y orines, llenos de parásitos, con problemas de piel y otras afecciones.
-Al finalizar la temporada de caza, los perros que no han cazado bien o han sufrido heridas o lesiones (cuando la herramienta deja de satisfacer), son con demasiada frecuencia eliminados o abandonados a su suerte sin ningún escrúpulo.
*Extracto artículo boletín 4Patas: Asociación Nacional Amigos de los Animales - ANAA
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