sábado, 22 de septiembre de 2018

Cuentos cortos - Riqueza y pobreza (Paulo Coelho)

Un día, un padre de familia rica y muy acomodada, llevó a su hijo de viaje al campo, con el firme propósito de que el joven valorara lo afortunado que era de poder gozar de tal posición, y se sintiera orgulloso de él.
Estuvieron fuera todo el fin de semana, y se alojaron en una granja con gente campesina muy humilde. Al finalizar el viaje, de regreso ya a casa, el padre preguntó a su hijo:
- “¿Que te pareció el viaje?” – preguntó el padre.
-“Fue fantástico Papá!” – dijo el hijo
-“¿Viste que tan pobre puede ser la gente?” – preguntó el padre
-“¡Oh, sí!” – dijo el hijo
-“Y… ¿que aprendiste?” – preguntó el padre
El hijo contestó:
“Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro.”
“Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín… y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos y otras bellezas.”
“Que nosotros importamos lamparas del Oriente para alumbrar nuestro jardín…mientras que ellos se alumbran con la luna y las estrellas.”
“Que nuestro patio llega hasta la pared de la casa del vecino, ellos tienen todo el horizonte de patio.”
“Tenemos un pequeño pedazo de tierra para vivir y ellos tienen campos que van más allá de nuestra vista.”
“Que nosotros compramos nuestra comida;…ellos, siembran y cosechan la de ellos.”
“Nosotros cocinamos en estufa eléctrica…Ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña.”
“Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas….Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.”
“Nosotros vivimos conectados al teléfono móvil, al ordenador, al televisor… Ellos, en cambio, están “conectados” a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del valle, a los animales, a sus siembras, a su familia.”
“Especialmente papá, vi que ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os veo y rara es la vez que conversáis conmigo.”
El padre se quedó mudo… y su hijo agregó:
“¡Gracias papá por enseñarme lo pobres que somos!

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