* Creo en la
lectura detallada, línea por línea, o en lo que solía llamarse explicación del
texto, y en nada más pretencioso que eso. No sólo es la mejor técnica para
revelar la belleza y el significado en la literatura, sino que es un
instrumento extraordinario para el análisis de todo el arte y la cultura. La
concentración que requiere la lectura de un poema es cercana a la meditación. A
través de ella, uno aprende a focalizar la mente, afilar la percepción y refinar
la emoción.
* La violencia
es el auténtico espíritu de la madre naturaleza.
* Me opongo a
la censura debido a mi teoría global de que lo que definimos, o lo que la
tradición define, como moralmente reprensible y merecedor de supresión es, de
hecho, el elemento pagano de la cultura occidental que no llegó a ser
derrotado. Los elementos de sexo y violencia que más perturban a la gente,
todas las fuerzas amorales y sucias de la naturaleza respecto a las que la
tradición pagana era más sincera, son aquello contra lo que la tradición
judeocristiana más ha luchado.
* Hoy la
educación se basa en el mínimo denominador común, y la única razón por la que
los chicos se dejan influir por los medios de comunicación es el vacío cultural
absoluto en el que son criados. Son los padres y los maestros los que tienen
que llevarlos a que se interesen por algo que va más allá de ellos, como es el
arte. El gran arte nutre la imaginación y da sentido a la vida. A diferencia de
la cultura popular, es suficiente para sostenernos a lo largo de la vida.
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