Mulla se cayó de una escalera y se hizo mucho daño. A pesar
de los emplastos y de las pociones, el dolor le hacía sufrir terriblemente. Sus
amigos fueron a consolarle:
- !Hubiera podido ser mucho
peor!- dijo uno.
- Después de todo, no te has roto
nada- dijo otro.
- Pronto te repondrás- dijo un
tercero...
Mulla se puso a pegar alaridos:
- !Salid todos de aquí!
!Abandonad esta habitación en el acto! !Madre, no dejes entrar a nadie a menos
que se haya caído de una escalera!
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