Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian sin cesar
las palabras: Inmoral, inmoralidad, moralidad en el arte y otras estupideces,
me hacen pensar en Louise Villedieu, ramera de a cinco francos que,
acompañándome una vez al Louvre, donde jamás había ido, se ruborizó y se cubrió
la cara, y tirándome a cada instante de la manga me preguntaba ante las
estatuas y los cuadros inmortales, cómo podían exhibir públicamente tales
indecencias.
*De "Mi corazón
al desnudo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario