sábado, 17 de enero de 2015

Derechos animales - Plutarco (50-125)

*¿Puedes realmente preguntar por qué razón Pitágoras se abstenía de comer carne? Por mi parte, más bien me asombro y me pregunto, por qué gran accidente y en qué estado mental, el primer hombre utilizó su boca para desgarrar y llevar sus labios a la carne de una criatura muerta, tendió su mesa con cuerpos muertos y pálidos y se aventuró a llamar alimento y nutrición a esos seres que en un momento se alegraron, lloraron, se movieron y vivieron...¿Cómo pudieron sus ojos soportar la matanza cuando sus gargantas eran cortadas y sus miembros descuartizados? ¿Cómo pudo su nariz soportar esos olores? ¿Cómo es que esa contaminación no trastornó su gusto y pudo beber jugos y serúmenes de heridas mortales?...Ciertamente, no comemos leones o lobos por autodefensa, por el contrario, matamos criaturas dóciles que ni siquiera tienen dientes para dañarnos.

*Decís que las fieras son crueles pero vosotros lo sois aún más, pues mientras ellas matan y devoran por necesidad, vosotros lo hacéis sólo por vicio.

*Pero nada nos conmueve de los desgraciados animales, ni su bello colorido, ni la dulzura de su voz melodiosa, ni la sutileza de su inteligencia, ni la limpieza de su vida, ni la vivacidad de los sentidos y el entendimiento; y así, por un poco de carne, les privamos de la existencia, les arrebatamos el sol, la luz, y el curso de la vida a la que la naturaleza les había destinado.

*¡Cuidado con nuestra salvaje inhumanidad! Es algo terrible ver las mesas de los ricos tendidas con ese despliegue de cadáveres.

*Si dices que has nacido para comer carne, entonces mata con tu propio esfuerzo lo que quieres comer, hazlo sin la ayuda de armas ni cuchillos.

*Los hombres no deberían nunca abandonarse tanto hasta el punto de tratar a las criaturas vivas como zapatos viejos y utensilios inertes y gastados que se tiran cuando ya no funcionan más.

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