*A los seres humanos les gusta matar, ya sea matarse entre
ellos o matar en lo profundo del bosque, a un inocente ciervo de ojos
brillantes, a un tigre que ha cobrado una presa de ganado; atropellan deliberadamente
con el automóvil a una serpiente que se halla en el camino, arman una trampa y
en ella caen un lobo o un coyote. Personas bien vestidas salen riendo provistas
de sus valiosas escopetas y matan pájaros que recientemente estaban llamándose
unos a otros. Un muchacho mata con su carabina neumática a un parlanchín grajo
azul y los mayores que lo rodean jamás tienen una palabra de compasión, no lo
reprenden, por el contrario, elogian su buena puntería. Matar por lo que llaman
deporte, matar para comer, matar por el país de uno, matar por la paz. No hay
mucha diferencia entre estas cosas. Justificarlas no es la respuesta. Solo hay
una: no matar.
*En occidente, pensamos que los animales existen para el
bien de nuestros estómagos o para satisfacer nuestro placer de matar o para
nuestros abrigos de piel. En oriente se ha enseñado durante siglos y todos los
padres lo han repetido: no mates, sé piadoso, sé compasivo. Aquí, consideran
que los animales carecen de alma, de modo que pueden matárselos con impunidad,
allá, consideran que los animales tienen alma, de modo que los estiman y dejan
que sus corazones conozcan el amor. Comer animales, pájaros, es visto aquí como
algo normal, como una cosa natural aprobada por la iglesia y por los anuncios
comerciales, allá no lo es, y las personas reflexivas, religiosas, por
tradición y cultura no lo hacen, pero eso también se está acabando rápidamente.
Aquí siempre hemos matado en el nombre de Dios y del país, y ahora eso ocurre
en todas partes. La matanza se está extendiendo, casi de la noche a la mañana
las antiguas culturas son dejadas de lado, y se nutren cuidadosamente y se
fortalecen la eficiencia, la crueldad y los medios de destrucción. La paz no
está en el político o en el sacerdote, ni con el abogado o el policía. La paz
es un estado de la mente, un estado que existe cuando hay amor.
*Si uno pierde el contacto con la naturaleza, pierde el
contacto con la humanidad. Si no hay relacion con la naturaleza, nos
convertimos en asesinos; entonces matamos a cachorros de foca, a las ballenas,
a los delfines y al hombre, ya sea por
provecho propio, por "deporte", por comida o en aras del
conocimiento. Entonces la naturaleza se asusta de nosotros y repliega su
belleza. Podremos hacer largas caminatas por los bosques o acampar en lugares
encantadores, pero somos asesinos y así hemos perdido la amistad de la
naturaleza. Es probable que no estemos relacionados con nada, ni siquiera con
nuestra esposa o nuestro marido.
*Si pudiéramos establecer una relación profunda y duradera
con la naturaleza, jamás mataríamos a un animal para satisfacer nuestro
apetito, jamás haríamos daño a un mono, a un perro, a un conejillo de indias
practicando en ellos la vivisección para nuestro propio beneficio.
Encontraríamos otros medios para curar nuestras heridas, nuestros cuerpos. Pero
la curación de la mente es algo por completo distinto.
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