lunes, 29 de abril de 2013

Reflexiones e Ideas - Sobre la conciencia y el mundo material - Fred Alan Wolf


No soy más hábil definiendo la conciencia que dando una definición del tiempo. Todos “sabemos” qué son estas cosas, pero cualquier intento de definirlas tiende a ser una mera sustitución de una metáfora por otra, como por ejemplo “el tiempo es un río por el que uno pasa sólo una vez”, o “la conciencia es la mente de Dios”. Probablemente los conceptos realmente importantes simplemente existen y no se pueden definir. Los animales tienen conciencia como todas las cosas. La idea principal es que no hay tal cosa como la conciencia y el mundo material, no hay nada parecido a la dualidad. Hay una sola cosa. ¿Qué es? Eso resulta mucho más misterioso, profundo y difícil de entender. Hablamos de un mundo material y un observador que observa el mundo material, pero no creo que nadie sepa cómo se produce esta división. La separación del sujeto y el objeto es muy enigmática y se produce de tal manera que no se puede reducir a un supuesto sujeto existente y un supuesto objeto existente ya separados. El sujeto y el objeto no están separados, ni siquiera están interconectados. Son una sola cosa que se divide de diferentes maneras. El proceso es continuo. Es como un caramelo con toffee. Se divide en un sujeto y un objeto. Éstos se vuelven a juntar y se vuelven a separar de nuevo. Cada vez que ocurre esto los vínculos entre los dos son diferentes, lo que era sujeto y lo que era objeto cambia. Es un baile incesante. El toffee es un enorme caldero hirviendo que se llama vacío. Las partículas que le componen a usted ahora mismo, en este instante, cada uno de esos electrones estaban en ese vacío y han salido de ese caldero burbujeante. La ilusión consiste en pensar que eso se queda ahí de forma consistente. Algo mucho más profundo y misterioso tiene lugar y hace que parezca muy sólido y muy real.

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