El que camina no ha llegado
aún. El peregrino no es un sabio ni un santo, es un amante de la sabiduría, un
buscador de santidad.
La verdad que tú buscas no
está al final del camino. Está en todas partes, está en ti mismo. Es a ti mismo
a quien buscas, loco, y vas a encontrarte a lo lejos. Sí, mi cuerpo, que se
arrastra en el mundo exterior, ignora todavía la verdad que mi inteligencia ha
visto. Quiero pisar con mis pies sobre los pasos de mi pensamiento, quiero
palpar con mis manos lo que sabe mi saber, quiero gravitar con mi peso en la
tierra prometida de las certidumbres espirituales.
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