Todos queremos estar seguros
tanto en lo externo como en lo interno, pero la mente tiene que comprender que
la búsqueda de seguridad es una ilusión. Sólo la mente insegura, por completo
libre de cualquier forma de posesión, puede descubrir, y ésta es una tarea
ardua.
No implica retirarse al
bosque o a un monasterio, o aislarse en alguna creencia particular; por el
contrario, nada puede existir en el aislamiento. Ser es estar relacionado; sólo
en medio de la relación podemos descubrirnos espontáneamente tal como somos.
Este descubrimiento de
nosotros mismos tal como somos, sin ningún sentido de condena o justificación,
es el que produce una transformación fundamental en lo que somos. Y ese es el
principio de la sabiduría.
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