lunes, 16 de enero de 2012

Yoga - Pranayama (1)

Aprender a respirar
Normalmente, el ser humano respira de una forma mecánica e inconsciente.
Para alguien que quiera iniciarse en el yoga o simplemente practicar la meditación, controlar su forma de respirar es algo fundamental y hacerlo de la forma correcta, indispensable.
Mientras la respiración sea irregular o esté alterada, la mente no conseguirá calmarse ni lograr estabilidad, lo que impedirá una buena práctica.
Sólo cuando la respiración se hace pausada y encuentra su ritmo, se hace profunda y eficaz. Esto proporciona enormes beneficios para el practicante: Purifica la sangre, limpia los pulmones, elimina el estrés, proporciona equilibrio y serenidad, combate la fatiga, aumenta la concentración…y en definitiva, consigue que la persona obtenga claridad mental y relajación.
Con esto entramos de lleno en el campo del Pranayama (el cuarto paso del Ashtanga Yoga), sobre el cual existe una extensa bibliografía.
Aquí, solamente se señalarán los aspectos básicos a tener en cuenta para iniciarse en su práctica, sin entrar en profundidades, que las hay y muchas.

Aspectos importantes:
-Es necesario conseguir un lugar y una atmósfera apropiada.
-Hay que evitar ambientes ruidosos o que distraigan.
-La posición debe ser cómoda.
-Cuerpo y mente deben relajarse lo máximo posible.
-Procurar ser consciente de lo que se está haciendo y cómo se está haciendo.
-La respiración hay que efectuarla sólo por la nariz, tanto para inspirar como para espirar.
-Tomar conciencia del aliento y reducir progresivamente su longitud.

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