-Haga el favor de poner atención en la primera cláusula
porque es muy importante. Dice que… la parte contratante de la primera parte
será considerada como la parte contratante de la primera parte. ¿Qué tal, está
muy bien, eh?
– No, eso no está
bien. Quisiera volver a oírlo.
– Dice que… la
parte contratante de la primera parte será considerada como la parte
contratante de la primera parte.
– Esta vez creo
que suena mejor.
– Si quiere se lo
leo otra vez.
– Tan solo la
primera parte.
– ¿Sobre la parte
contratante de la primera parte?
– No, solo la
parte de la parte contratante de la primera parte.
– Oiga, ¿por qué
hemos de pelearnos por una tontería como ésta? La cortamos.
– Sí, es
demasiado largo. ¿Qué es lo que nos queda ahora?
– Dice ahora… la
parte contratante de la segunda parte será considerada como la parte
contratante de la segunda parte.
– Eso si que no
me gusta nada. Nunca segundas partes fueron buenas. Escuche: ¿por qué no
hacemos que la primera parte de la segunda parte contratante sea la segunda
parte de la primera parte?...
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