-La
persona libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabiduría consiste en
una meditación no sobre la muerte, sino a propósito de la vida.
-La religión siempre se adaptó a la utilidad del Estado.
-La sociedad es sumamente útil e igualmente necesaria, no sólo para vivir
en seguridad frente a los enemigos, sino también para tener abundancia de
muchas cosas; pues, a menos que los hombres quieran colaborar unos con otros,
les faltará arte y tiempo para sustentarse y conservarse lo mejor posible.
-La verdadera libertad del hombre, tiene que ver con la fortaleza, esto
es, con la firmeza y la generosidad.
-Las academias que se forman a cargo del Estado se instituyen no tanto
para cultivar las mentes, cuanto para embridarlas.
-Los hombres se engañan al creerse libres; y el motivo de esta opinión es
que tienen conciencia de sus acciones, pero ignoran las causas porque son
determinadas; por tanto, lo que constituye su idea de libertad, es que no
conocen causa alguna de sus acciones.
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