*La fe es la rendición de la mente, es la rendición de la
razón, es la entrega de lo único que nos hace diferentes de otros mamíferos. Es
nuestra necesidad de creer, y de entregar nuestro escepticismo y nuestra razón,
nuestro anhelo de desprenderse de eso y poner toda nuestra confianza o fe en
alguien o algo, eso es lo siniestro para mí. De todas la supuestas virtudes, la
fe debe ser la más sobrevalorada.
*La religión, es cierto, todavía posee la inmensa aunque torpe
y poco flexible ventaja de haber llegado 'primero'.
*Si quieren diversidad, es necesario un Estado laico con una
constitución atea. La laicidad es la única garantía de la libertad religiosa.
*Todas las posturas de sumisión y entrega deberían formar parte
de nuestra prehistoria.
*Una vez que se asume un Creador y un Plan, eso nos
transforma en objetos de un cruel experimento por el cual somos creados
enfermos y se nos ordena estar sanos... Y sobre nosotros, para supervisar esto,
se instala una dictadura celestial, una especie de Corea del Norte divina,
codiciosa, exigente, hambrienta de alabanza acrítica desde el amanecer hasta el
ocaso, y veloz en el castigo del pecado original con el cual amablemente nos
obsequió para empezar.
*Si la religión es innata en nosotros, entonces también lo es nuestra duda de ella y nuestro desprecio por nuestra propia debilidad.
*Según muchas autoridades de la Antigüedad, la actitud de
los primeros semitas hacia el cerdo era tanto de veneración como de
repugnancia. Comer carne de cerdo se consideraba algo especial, incluso un
privilegio con ciertos rasgos rituales. (Esta demencial confusión de lo sagrado
y lo profano puede encontrarse en todos los cultos y en todas las épocas.) La
atracción y repulsión simultáneas procedían de una raíz antropomórfica: el
aspecto del cerdo, su sabor, sus chillidos agónicos y su evidente inteligencia
recordaban demasiado desagradablemente al ser humano. La porcofobia y la
porcofilia se originaron tal vez en la noche de los tiempos de los sacrificios
humanos e incluso del canibalismo, del que los textos "sagrados"
suelen hacer algo más que una insinuación.
*Nada que sea optativo, desde la homosexualidad hasta el
adulterio, se castiga jamás a menos que quienes lo prohiben (y exigen castigos furibundos)
sientan un deseo reprimido de participar.
*La exhortación religiosa y decirle a la gente, a los niños, que si no hacen lo correcto, recibirán horrorosos castigos o recompensas increíbles, es vivir a costa de mentirle a los niños. Eso es lo que hace el sacerdote.
*La religión es hecha por el hombre. Incluso los hombres que la hicieron no pueden ponerse de acuerdo sobre aquello que sus profetas o redentores o gurús en realidad dijeron o hicieron.
*Si tan sólo la religión fuera un opiáceo. Ningún narcótico
conocido pudre el cerebro tan rápido.
*A la tonta pregunta, ¿Por qué a mí?, el cosmos apenas se molesta en responder:
¿Por qué no?
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