*Una
ética a la altura de nuestro tiempo no puede olvidar nuestra responsabilidad
para con el resto de la biosfera, y en especial para con nuestros compañeros de
penas y gozos sobre este planeta, los animales.
*Todos
los animales salvajes merecen el mínimo respeto de no ser asesinados por
capricho y de no ser empujados a la extinción, es decir, de no ser cazados ni
privados de sus hábitats naturales. Todos los animales salvajes, que no nos
deben nada y que nada nos piden, tienen al menos derecho a que los dejemos en
paz.
*Uno
puede ser partidario de la libertad económica, cultural y personal, y yo lo
soy, pero frente a las manifestaciones de la crueldad hay que ser intolerantes
y hay que romper con las tradiciones que haga falta hasta acabar con ellas.
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