-La lectura es como el alimento; el
provecho no está en proporción de lo que se come, sino de los que se digiere.
-La naturaleza sin la señal de la mano del hombre es más sublime.
-Las pasiones son buenos instrumentos, pero malos consejeros. El hombre sin pasiones sería frío, pero en cambio el hombre dominado por las pasiones, es ciego.
-Los hombres que alaban siempre son o simples o bajos; los que no alaban nunca son o imbéciles o envidiosos.
-No es fácil opinar contra los propios intereses; éstos arrastran las opiniones.
-No es muy difícil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir.
-No es tolerante quien no tolera la intolerancia.
-Sólo la inteligencia se examina a sí misma.
-Un hombre perezoso es un reloj sin cuerda.
-La naturaleza sin la señal de la mano del hombre es más sublime.
-Las pasiones son buenos instrumentos, pero malos consejeros. El hombre sin pasiones sería frío, pero en cambio el hombre dominado por las pasiones, es ciego.
-Los hombres que alaban siempre son o simples o bajos; los que no alaban nunca son o imbéciles o envidiosos.
-No es fácil opinar contra los propios intereses; éstos arrastran las opiniones.
-No es muy difícil atacar las opiniones ajenas, pero sí el sustentar las propias: porque la razón humana es tan débil para edificar, como formidable ariete para destruir.
-No es tolerante quien no tolera la intolerancia.
-Sólo la inteligencia se examina a sí misma.
-Un hombre perezoso es un reloj sin cuerda.
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