Un maestro zen volvía de su paseo matinal cuando, en el
portal del monasterio, encontró a dos monjes discutiendo ante una bandera que
ondeaba al viento.
-¡Lo que se
mueve es la bandera! -gritaba uno.
-¡No, lo
que se mueve es el viento! -contestaba el otro.
-¡Te
equivocas absolutamente!
-¡Tú ves la
consecuencia pero no la causa!
La discusión fue subiendo de tono hasta casi llegar a las
manos. Pero entonces vieron que había llegado su maestro, y los dos le
preguntaron al unísono:
-Maestro,
¿qué es lo que se mueve, la bandera o el viento?
-Ni una
cosa ni la otra -concluyó-, es vuestra mente lo que se mueve.
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