-Sin teorías, sin conceptos, ni siquiera se puede empezar algo. Así pues, hay que empezar con conceptos y después elaborar una teoría. Después se consume la teoría, que va dando paso gradualmente a la sabiduría, al conocimiento intuitivo, y ese conocimiento enlaza finalmente con la realidad...Algunas filosofías consideran los conceptos como obstáculos, pero un obstáculo no tiene por qué impedir nada. Es un obstáculo y es también el vehículo, lo es todo...
-Existe un texto antiguo que dice que los granjeros inexpertos tiran sus desperdicios y compran abono a otros granjeros, pero los ya avezados siguen recogiendo sus propios desperdicios, a pesar del mal olor y de que es un trabajo sucio, y cuando pueden utilizarse los extienden por sus tierras, y gracias a eso cultivan sus cosechas. Ese es el modo de hacerlo...exactamente de la misma manera, los inexpertos separarán lo limpio de lo sucio, pero los sabios expertos no tirarán el deseo y las pasiones y todo lo demás, sino que primero lo juntarán todo; es decir, primero habría que reconocer y admitir todo eso, estudiarlo y llevarlo a la realización...no hay que combatir contra ese tipo de cosas, no hay que intentar apartar las malas para quedarse sólo con las buenas, sino respetarlas y reconocerlas. Por ello, la teoría y los conceptos son muy buenos, como un abono maravilloso...si una persona es lo suficientemente hábil, no ya inteligente, pero sí lo suficientemente hábil y paciente para examinar con cuidado su basura y estudiarla a fondo, será capaz de usarla. La idea que subyace es la de desarrollar un punto de vista positivo y reconocer la propia riqueza, examinarla a fondo. Y cuando se han reconocido los conceptos e ideas de uno, deben cultivarse en algún sentido.
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