Una vez había unos gemelos que sólo tenían una cabeza para los dos.
Sus nombres eran Sainey y Sana.
A pesar de tener una sola cabeza no estaban de acuerdo.
Sana era fuerte pero obstinado.
Sainey era débil pero agudo.
Un día Sana le dijo a su hermano:
Un día Sana le dijo a su hermano:
-Quiero ir a la guerra.
Sainey sabía que su hermano era tozudo y no quiso escucharlo. Por tanto, le dijo:
Sainey sabía que su hermano era tozudo y no quiso escucharlo. Por tanto, le dijo:
-Deja que primero lo consultemos
con nuestros padres y que nos den su opinión.
Sana les contó su plan. Su madre dijo:
Sana les contó su plan. Su madre dijo:
-No deben ir.
Su padre dijo:
Su padre dijo:
-No deben ir.
Pero Sana estaba decidido a ir. Y Sainey fue forzado a ir.
A pesar de sus esfuerzos no pudo salvar a su hermano.
Pero Sana estaba decidido a ir. Y Sainey fue forzado a ir.
A pesar de sus esfuerzos no pudo salvar a su hermano.
Sana murió en el campo de batalla.
Con dolor Sainey cantaba:
"Sana, tu madre te lo dijo
Pero no quisiste escuchar
Tu padre te lo dijo
Pero no quisiste escuchar
Ahora el muerto y el vivo
deben ir en una sola tumba
Oh gente del pueblo
Esto es extraño".
Pero no quisiste escuchar
Tu padre te lo dijo
Pero no quisiste escuchar
Ahora el muerto y el vivo
deben ir en una sola tumba
Oh gente del pueblo
Esto es extraño".
Cogió el cuerpo de su hermano desde el campo de batalla
hasta el camino.
Débil, Sainey tuvo que arrastrar el cuerpo. Y de este modo
lo llevó hasta su casa.
Los padres se acercaron a ellos.
Cuando vieron lo que había ocurrido, su madre lloró, su
padre lloró.
La gente del pueblo fue a consolarlos y cargó con ellos
hasta su campamento, donde fueron enterrados en una sola tumba.
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