Para poder acabar con la explotación a la que son sometidos
los demás animales por los humanos, necesitamos persuadir a más gente de que la
vivisección, la pesca deportiva, la cautividad y matanza por parte de la
industria alimenticia y otras formas de abuso especista son moralmente
incorrectas, de hecho, son atrocidades. No podemos hacer eso sin un cambio
radical en el modo en que hablamos sobre la opresión y asesinato de los
no-humanos. Cuando adoptamos el lenguaje de los abusadores y nos referimos a la
vivisección como "investigación biomédica" o a la esclavitud y
asesinato de la industria alimenticia como "ganadería", estamos
socavando nuestros esfuerzos para poner fin a estas prácticas. Empleado como un
sinónimo de vivisección, "investigación biomédica" oculta a las
víctimas y reescribe el sufrimiento y la muerte como curativos (médica) y vida
(bio). La mayor parte de la vivisección ni siquiera persigue fines médicos.
Además, la investigación biomédica incluye numerosas formas benignas de métodos
de investigación, tales como los estudios de enfermedades actuales dentro de
poblaciones humanas, el uso de cultivos celulares y de tejidos, y estudios
clínicos de pacientes humanos y no-humanos. Cuando empleamos el término
vivisección, estamos realmente siendo más precisos. Los diccionarios definen
vivisección como dañar animales, especialmente para propósitos de
investigación. Eso es lo que rechazamos, no a la investigación biomédica. Los
vivisectores odian el término vivisección porque evoca imágenes de crueldad,
imágenes repugnantes para el público en general. Mayor motivo para emplear ese
término. Cuando sustituimos "vivisección" por "investigación
biomédica", "ciencia" o incluso "investigación animal"
estamos ayudando a los vivisectores al omitir cualquier sugerencia de daño o
inmoralidad. Algunos defensores de los dereechos animales han dicho que evitan
emplear el término "viviseccipn" porque no quieren ser descalificados
como "sesgados" o "provocadores". Deberíamos estar
orgullosos de mostrar nuestra fuerte oposición a una práctica cruel e injusta
como la vivisección. Si la propia palabra vivisección llega a resultar chocante
(porque es censurada muy a menudo), que así sea. La vivisección es una práctica
chocante. No creo en reducir nuestra repulsa moral ni nuestra dedicación plena
a la abolición. Creo que eso es un error. Iré incluso más allá: creo que
traiciona a las víctimas. Deberíamos referirnos a las víctimas no-humanas del
mismo modo en que nos referimos a las víctimas infantiles, con un lenguaje
sincero y negativo que conlleve protesta. Mucha gente que está dispuesta a
condenar la explotación humana como "atroz" o "malvada"
considera ese mismo lenguaje moralista sensacionalista o demasiado emocional
cuando se aplica a las atrocidades contra los no-humanos. Ellos prefieren
tratar la explotación no-humana y el asesinato en términos científicos,
culinarios o de otras formas no-morales. De esa forma evitan reconocer la inmoralidad.
Entre otros, los vivisectores nazis aplicaron el lenguaje
cuantitativo a la experimentación con humanos, así como no-humanos. Los
esclavistas aplicaron el lenguaje económico de la "agricultura
animal" para la esclavitud humana y no-humana. Mucha gente encuentra tal
despego lingüístico ofensivo y grotesco sólo respecto a las víctimas humanas.
Deberíamos encontrarlo igualmente ofensivo y grotesco con respecto a las
no-humanas. La crueldad, la injusticia y otras cuestiones morales requieren un
lenguaje moralista independientemente de la especie de la víctima. Hablar de la
vivisección en el frío y abstracto lenguaje de la experimentación es ponerlo
donde los abusadores desean: fuera de las consideraciones morales.
Los pollos, los cerdos y otros animales mantenidos cautivos
por la industria alimenticia son literalmente esclavizados. Ellos son
mantenidos en servidumbre como propiedades. Aun así, poca gente habla de
esclavitud no-humana. En cambio, incluso los defensores de los derechos
animales se refieren a la esclavitud de pollos y cerdos como
"ganadería". Decir que los animales son producidos [NT] les iguala
con las plantas. Ellos no son repollos; sino individuos pensantes y sintientes.
El término "granja" también resulta engañoso al evocar la imagen de
una granja tradicional. Hoy día relativamente pocos de los animales
esclavizados son mantenidos en granjas. En cambio, son hacinados en naves
sucias o encarcelados en edificios de confinamiento intensivo. Incluso antes de
la mecanización de la industria, aplicar el término "ganadería" a la
esclavitud y asesinato de animales no-humanos es un eufemismo y confunde. Aun
siendo primitivo, criar animales para su matanza no implica necesariamente el
cultivo de plantas; implica consumo, por parte de los cautivos no-humanos, de
plantas cultivadas o que han crecido de forma natural. Aun más importante,
"ganadería" suena benigno. Falla en reconocer a las víctimas. Mi
prueba sobre lenguaje especista es ésta: ¿usaría ese lenguaje si las víctimas
fuesen humanas? Si la respuesta es que no, el lenguaje es probablemente
especista y eufemístico. ¿Dirías alguna vez que los humanos encarcelados y
asesinados por sus músculos son "producidos"? No. Entonces no
deberíamos estar diciendo que los demás animales son "producidos".
También necesitamos evitar los oxímoron como matanza
humanitaria y bienestar de animales de granja. La matanza de la industria
alimenticia es la matanza innecesaria de individuos inocentes. Incluso si la
matanza estuviese libre (milagrosamente) de todo terror o dolor, no sería
compasiva. Igualmente, los animales que son esclavizados y asesinados por sus
músculos, leche o huevos ciertamente carecen de bienestar. Incluso bajo las
mejores circunstancias, son mantenidos cautivos y privados de entornos naturales
y comunidades. Nuestro lenguaje nunca sugeriría que situaciones
fundamentalmente injustas pueden ser moralmente aceptables, "humanitarias /
compasivas" o compatibles con el "bienestar" de las víctimas...
...No tenemos derecho moral a buscar información causando
daño a otros. Como George Bernard Shaw apuntó, la ley restringe la búsqueda de
conocimiento a los métodos que no violan los derechos humanos, incluso aunque
la vivisección con humanos fuese mucho más válida científicamente (y por tanto,
más útil) que la vivisección de no-humanos. Sea cual sea su capacidad
intelectual, los humanos se libran de la vivisección porque consideramos
moralmente repugnante infligir sufrimiento o muerte sobre cualquier humano
inocente. Los no-humanos merecen la misma justicia. La vivisección está mal
porque es injusta.
*Extraído de la entrevista con
Joan Dunayer por Claudette Vaughan. Publicado por vez primera en Vegan
Voice. Traducido por Álex Rodríguez y Jose Valle para Igualdad Animal.
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