*La paciencia es amarga, pero sus
frutos son dulces.
*La única costumbre que hay que
enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.
*Las cartas de amor se escriben
empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha
dicho.
*Las ciudades son el abismo de la
especie humana.
*Las ideas generales y abstractas
son fuente de los más grandes errores humanos.
*Las injurias son las razones de
los que tienen culpa.
*Los remordimientos se adormecen
en la prosperidad y se agudizan en los malos tiempos.
*Los temores, las sospechas, la
frialdad, la reserva, el odio, la traición, se esconden frecuentemente bajo ese
velo uniforme y pérfido de la cortesía.
*Mi mayor desgracia ha sido
siempre no ser capaz de resistirme a los halagos.
*Nadie puede ser feliz si no se
aprecia a sí mismo.
*No conozco mayor enemigo del
hombre que el que es amigo de todo el mundo.
*No es nada fácil abandonar la
virtud; ella atormenta durante mucho tiempo a los que la abandonan.
*No hacer el bien es un mal muy
grande.
*No seréis nunca frailes si
primero no sois monaguillos.
*Prefiero ser un hombre de
paradojas que un hombre de prejuicios.
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