Cuando tu mente permanece en
su propia condición sin construir algo, la conciencia es en sí misma bastante
normal en ese momento. Y cuando miras en tu interior de esta forma desnuda, sin
ningún pensamiento discursivo, como sólo es pura observación, se encontrará una
lúcida claridad sin que haya nadie siendo el observador: Sólo está presente una
consciencia manifiesta al desnudo. Esta consciencia está vacía y es
inmaculadamente pura al no haber sido creada por nada. La dualidad claridad y
vacío, es auténtica y está sin adulterar. No es permanente y, aún así, no ha
sido creada por nada. No obstante, no es una mera nada o algo aniquilado porque
está lúcida y presente; tampoco existe como entidad única.
Por otra parte no se ha
creado como multiplicidad de cosas porque es inseparable y de sabor único.
Esa inherente autoconsciencia
no deriva de nada exterior a sí misma.
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