miércoles, 2 de mayo de 2012

Los 10 bueyes del Zen - Metáfora Zen de la búsqueda del buey

Los Diez Bueyes del Zen representan una metáfora del proceso de búsqueda de la conciencia auténtica; la secuencia de pasos en la realización de la verdadera naturaleza de uno mismo.
La figura del buey representa la mente (la nuestra) que el boyero (nosotros) debe domar.
A través de los siglos se han creado muchas versiones y dibujos diferentes, e incluso se han añadido algunos; por ejemplo, la novena y la décima escena no existían antes del siglo XII. Fue entonces cuando un monje chino, Kuo-an, añadió dos cuadros más, que quedaron incorporados desde entonces.


1) La búsqueda del buey
En este primer cuadro se ve al campesino entreteniéndose por el camino. Todo le distrae: la cascada, los pájaros. Camina sin rumbo.


2) El descubrimiento de las huellas
Los primeros indicios del buey ponen en movimiento al campesino que empieza a buscar con determinación.


3) El descubrimiento del buey
Por primera vez el boyero atisba el buey. Aquí se dan los primeros indicios del despertar.


4) La captura del buey
Para capturar el buey hay que luchar con él. Vencer las distracciones, incomodidades, dolores de la postura, sueño. Pratyahara.

  
5) La domesticación del buey
El campesino logra hacerse con el buey. Se alcanza una fase más estable en la meditación, en la concentración. Dharana.


6) Cabalgando sobre el buey
El buey se ha familiarizado con el campesino que puede utilizarlo como cabalgadura. La meditación es cada vez más fluida.


 7) Superación del buey
Ya de vuelta a casa, el campesino descansa dejando al buey en el establo. Todo está en orden. Se alcanza paz y armonía. Dhyana.


8) Vacío-Plenitud
Llegamos aquí al cuadro más importante de la secuencia: un círculo en blanco, sin imagen alguna. Tiene varios significados:
            a) Alude a la pérdida del ego, la desaparición del yo.
            b) Alude a la plenitud de la experiencia del satori, la iluminación completa, en la que se trasciende toda forma y no-forma. Samadhi.
            c) Metáfora de la trascendencia del nacimiento y la muerte.



9) Reaparición de la naturaleza
Vuelven a aparecer las cascadas, los pájaros, las mariposas...pero ya no son objeto de distracción, sino de contemplación. La realidad sigue siendo la misma, pero es percibida de un modo diferente.


10) El regreso al mercado
Sorprendentemente, el último de los cuadros culmina en un mercado. Un escenario, en principio, muy poco propicio para la contemplación. Precisamente así es cómo se verifica la autenticidad de la experiencia de la iluminación: en su capacidad de ser mantenida en el ruido, en el desconcierto, en el caos y transmitiéndola a los demás.
Refleja la figura del “Bodhisattva” (el que ha realizado la plena iluminación) en el budismo y la del “Jivanmukta” (el viviente liberado) en el hinduismo.


*Para despertarse a la mente original se requiere una práctica integral, empleando cuerpo y mente en el proceso. Al mismo tiempo, debemos saber que nadie está solo en el intento. Todo está conectado, cada cosa puede ayudarnos a descubrir nuestro tesoro interior. No obstante, dar el primer paso requiere esfuerzo y determinación propia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias a una amonestación de dos damas afectuosas e vias de no posesividad, volví a recordar que vivo en una naturaleza biològica y ecològica. Espero al volver del cuadro del vacìo, llevarme bien con ella. Que todos los seres sean felices!!