-Las sensaciones no son parte de
ningún conocimiento, bueno o malo, superior o inferior. Son, más bien,
provocaciones incitantes, ocasiones para un acto de indagación que ha de
terminar en conocimiento.
-Lo que es distintivo en el hombre
es la posibilidad de hundirse hasta el nivel de las bestias. Con todo, tiene
también la posibilidad de llevar a alturas nuevas y sin precedente esa unidad
de la sensibilidad y del impulso, del cerebro, el ojo y el oído, que
ejemplifica la vida animal, saturándola con los significados conscientes que se
derivan de la comunicación y la expresión deliberada.
-Lo que la criatura viva retiene
del pasado y lo que espera del futuro, operan como direcciones en el presente.
El perro nunca es pedante ni académico; porque estas cosas surgen solamente
cuando en la conciencia se separa el pasado del presente y aquél se erige en
modelo o en almacén del cual seleccionar.
-Lo que ocurre en el pasado vuelve
a ser vivido en la memoria.
-Los avances significativos de la
técnica suceden, pues, en conexión con esfuerzos para resolver problemas que no
son técnicos, sino que surgen de la necesidad de nuevos modos de experiencia.
Esta afirmación es tan cierta en las bellas artes como en las artes tecnológicas.
Hay mejoras en la técnica que tienen que ver simplemente con el
perfeccionamiento de un vehículo de viejo estilo, Sin embargo, son
insignificantes en comparación con el cambio de técnica del tren al coche
cuando las necesidades sociales reclamaban un transporte rápido que se pudiese
controlar personalmente.
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