-Cuando hayas de sentenciar, procura olvidar a los
litigantes y acordarte sólo de la causa.
-Cuando llegue mi hora de morir, iré. Sabré dar la vida como
un hombre que no le duele devolver el préstamo que se le ha hecho.
-Cuanto mayor es la dificultad, más gloria se obtiene al
superarla. Los pilotos hábiles obtienen su reputación en las tormentas y las
tempestades.
-El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
-El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con
el criterio del ayer.
-El exceso de cólera engendra la locura.
-El hombre no está preocupado tanto por problemas reales
como por sus ansiedades imaginadas sobre los problemas reales.
-El infortunio pone a prueba a los amigos y descubre a los enemigos.
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