El famoso filósofo Maimónides era también el médico de
cabecera del Rey egipcio. Los otros médicos estaban muy celosos, porque el Rey
le tenía mucho respeto y una confianza sin límites. Por esta razón decidieron
preparar su caída.
Una vez, los médicos discutieron con Maimónides en presencia
del Rey con la intención de demostrar que éste no tenía idea alguna de la
ciencia médica. Ellos afirmaron que la ciencia médica puede incluso devolver la
vista a aquellos que han nacido ciegos. Pero Maimónides afirmó que se puede
curar a un hombre solamente en el caso de haber quedado ciego por accidente, o
por alguna enfermedad. Sólo en este caso se puede prestar ayuda, pero no se
puede ayudar a un ciego de nacimiento.
¿Qué hicieron los médicos? Trajeron delante del Rey a un
hombre ciego que atestiguó que él había nacido así. Le pusieron una pomada
encima de sus ojos, y el hombre empezó a gritar: ¡Ya puedo ver!
El Rey ya estuvo por expresar su desconfianza a Maimónides,
pero el médico sacó un paño rojo, lo puso delante de los ojos del ciego, que
había recuperado la vista - y le preguntó:
-¿Qué tengo en mi mano?
-Un pañuelo rojo - contestó el
hombre. Inmediatamente, el Rey expulsó a los médicos con humillación
y vergüenza, pues si el hombre era ciego de nacimiento, ¿cómo podía ser que
conociera los colores?
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