Las preguntas que no podemos contestar son las
que más nos enseñan. Nos enseñan a pensar. Si le das a alguien una respuesta,
lo único que obtiene es cierta información, pero si le das una pregunta, él
buscará sus propias respuestas. Así, cuando encuentre las respuestas, las
valorará más. Cuanto más difícil es la pregunta, más difícil es la búsqueda.
Cuanto más difícil es la búsqueda, más aprendemos.
*De “Crónicas del asesino de reyes: Segundo día”
(El temor de un hombre sabio)
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