sábado, 23 de marzo de 2013

Reflexiones e Ideas - El centro del mundo - Jordi Pigem


Creerse único centro del mundo, atribuirse la única verdad, adjudicarse el único camino, es señal de inmadurez o arrogancia. Creer que nada tiene centro, que no hay verdad alguna ni camino transitable, es señal de desencanto o nihilismo. La alternativa es comprender que el centro de la realidad está en todas partes, que cada persona tiene su propia verdad en la medida en que es honesta consigo misma, que cada uno tiene su propio camino que debe hacer al andar. El camino existe, existen caminos. es cierto que no hay centro: hay múltiples centros.
Del mismo modo que precisamos agua, vitaminas y amor, también necesitamos sentirnos arraigados en nuestro cuerpo y entorno: sentirnos centro de nuestro propio mundo. Sólo así, con los pies firmes en un suelo estable, podemos apreciar en cada “tú” un mundo con su propio centro y su camino. Sin esa sensación de centro, ¿no perdemos toda orientación, toda estabilidad, todo arriba y todo abajo? ¿No erramos como náufragos sin rumbo? ¿No necesitamos entonces crear un mundo artificial donde todo esté bajo nuestro control, para sentirnos así otra vez en el centro?

*De “La odisea de Occidente”

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