Birmania, julio de 1945,
días finales de la II Guera Mundial.
Una compañía japonesa es
mandada por el capitán Inouye, un hombre que en la vida civil se dedica a la
música. Uno de los soldados, Mizushima, es aficionado a tocar una pequeña arpa
birmana. Entre ambos, preparan canciones que los soldados cantan y de esta
manera, consiguen olvidarse por unos momentos de la guerra.
Terminada la contienda,
son hechos prisioneros y conducidos a un campo de concentración. Allí les
informan que otro pelotón japonés se encuentra rodeado en una colina cercana y no quiere rendirse, a pesar de haber terminado la guerra. Les proponen que nombren un mediador para que hable
con ellos y evitar así, un inútil baño de sangre.
El elegido es
Mizushima, que intenta convencerlos pero no lo consigue y la compañía es atacada
y aniquilada; tan solo se salva él que es herido y dado por muerto, al perder
el conocimiento.
Casualmente, un monje
birmano lo encuentra y lo cuida durante un tiempo. Una vez recuperado, intenta volver
hasta dónde se encuentran sus compañeros, pero durante el camino de regreso contempla angustiado cómo los
campos están sembrados de cadáveres de soldados japoneses que permanecen tirados a la
intemperie y sin enterrar.
Ésto le mortifica y le hace
cambiar de planes. Decide hacerse pasar por monje y dedicarse a recorrer el país buscando más
cadáveres sin enterrar para darles sepultura.
Mientras, sus compañeros
sospechan que Mizushima sigue vivo e intentan encontrarle antes de su
repatriación a Japón.
Dirección:
Kon Ichikawa
Guión:
Natto Wada
Fotografía:
Minoru Yokoyama
Música: Akira
Ifukube
Intérpretes: Rentarô Mikuni, Shôji
Yasui, Tatsuya Mihashi, Yunosuke Itoh, Yae Kitabayashi, Jun Hamamura, Taketoshi
Naitô, Shunji Kasuga, Akira Nishimura, Hiroshi Hijikata, Keishichi Nakahara,
Toshiaki Ito, Tomio Aoki, Hiroshi Tsuchikata, Nobuteru Hanamura, Sanpei Mine,
Takashi Koshiba, Tomoko Tonai, Tokuhei Miyahara, Yoshiaki Kato, Masahiko Naruse
Duración: 1 hora 56 minutos
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