-A la pregunta por lo que somos no se
puede dar una respuesta intelectual sino una respuesta sentida. La experiencia
de lo profundo es la de que somos amor, inteligencia, energía, vida, presencia
de ser. En un nivel radical, no es que tengamos energía, inteligencia o amor,
sino que lo somos. Esa presencia de ser
es, además, la fuente en nosotros del sentido de la verdad, del bien y de la
belleza.
-Con frecuencia no hacemos lo que sabemos que es bueno para nosotros; a menudo nuestras emociones e impulsos nos conducen en direcciones contrarias a las que nuestra razón considera convenientes.
-El amor es la única razón por la que vivimos y el único propósito de la vida. Vivimos por el amor y vivimos buscando el amor.
-El amor que buscamos ya lo somos, la valía que buscamos ya la tenemos.
-El lugar arquetípico de la sabiduría, en buena medida silenciado en nuestra civilización, es precisamente aquel que aúna, de forma indisociable, conocimiento, experiencia directa, transformación personal y liberación interior.
-Hay un amor pleno, incondicional, y siempre disponible, el amor que somos en nuestro mismo centro.
-Con frecuencia no hacemos lo que sabemos que es bueno para nosotros; a menudo nuestras emociones e impulsos nos conducen en direcciones contrarias a las que nuestra razón considera convenientes.
-El amor es la única razón por la que vivimos y el único propósito de la vida. Vivimos por el amor y vivimos buscando el amor.
-El amor que buscamos ya lo somos, la valía que buscamos ya la tenemos.
-El lugar arquetípico de la sabiduría, en buena medida silenciado en nuestra civilización, es precisamente aquel que aúna, de forma indisociable, conocimiento, experiencia directa, transformación personal y liberación interior.
-Hay un amor pleno, incondicional, y siempre disponible, el amor que somos en nuestro mismo centro.
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