domingo, 3 de diciembre de 2017

Cuentos cortos - El hechicero y las ovejas (Cuento oriental)

Un acaudalado hechicero que poseía gran cantidad de ovejas, pero que a la vez era extremadamente avaro. No deseaba contratar pastores y tampoco quería erigir una cerca alrededor de los pastizales en los que pacían sus ovejas. Consecuentemente las ovejas a menudo se adentraban en los bosques aledaños, caían en grandes precipicios o sufrían toda suerte de calamidades, pero por sobre todo, escapaban para nunca regresar porque sabían que el hechicero solo las quería por su carne y su lana, y esto no era del todo de su agrado.

Finalmente el hechicero encontró un remedio para esta situación: hipnotizó a todas las ovejas y las sugestionó para que creyesen, en primera instancia, que todas ellas eran inmortales y que ninguna suerte de daño para ellas podía resultar del hecho de ser trasquiladas o aun despellejadas. Que, muy por el contrario, todo eso era en realidad muy agradable e inclusive placentero para ellas.

En segundo lugar les sugirió la idea de que el hechicero era en verdad un buen amo que tanto amaba a su rebaño que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa en el mundo por él.

Y en tercer lugar les hizo creer que si a fin de cuentas alguna cosa fuera a sucederles, no iba a ser en el momento presente, o cuando menos ese mismo día, y por lo tanto no había ninguna razón para que pensaran en ello. Aun más, el hechicero les hizo creer que no eran ovejas en lo absoluto: a algunas de ellas les sugirió que eran leones, a otras que eran águilas, a otras que eran hombres, y a otras más que eran hechiceros.

Luego de esto todas sus preocupaciones acerca de las ovejas desaparecieron. Nunca más volvieron a escapársele sino que más bien esperaban mansamente la hora en que el hechicero requiriera de su carne y pieles.

No hay comentarios: