viernes, 31 de agosto de 2012

Reflexiones e Ideas - El caballo árabe

Hace mucho tiempo, en un país de Oriente vivía Alí, un famoso criador de caballos árabes. Muchos eran los animales magníficos que había en sus cuadras, pero ninguno como Aldebarán, un pura sangre que destacaba entre todos por su velocidad. Nunca había perdido una carrera y tal era su fama que las gentes acudían desde lejanos lugares para verlo correr. Para Alí, sólo él importaba y a su entrenamiento dedicaba la mayor parte de su vida.
Una noche, Alí oyó ruido en las caballerizas y al acudir vió con horror que alguien se llevaba a Aldebarán escapando al galope; sin pensarlo, montó en el caballo que tenía más a mano y salió tras el ladrón.
La frenética persecución se prolongó durante toda la noche y cuando ya empezaba a despuntar el alba, Alí se dio cuenta de que estaba a punto de alcanzar al perseguido; entonces, detuvo el corcel que montaba y con lágrimas en los ojos se dio media vuelta, dejando que Aldebarán se perdiera para siempre.
Cuentan que desde ese día, Alí pasó el tiempo narrando nostálgico las proezas de ese su amado caballo, al que nunca nadie logró superar.

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