-Existe
tanta diferencia entre las cabezas como entre los paladares.
-Fuera de la mente, no existe nada que sea sagrado o profano o impuro en
sentido absoluto, sino sólo en relación a ella.
-He cuidado atentamente de no burlarme de las acciones humanas, no
deplorarlas, ni detestarlas, sino entenderlas.
-La actividad más importante que un ser humano puede lograr es aprender
para entender, porque entender es ser libre.
-La adulación engendra también la concordia, pero a través del repugnante
vicio del servilismo, o de la perfidia.
-La
alegría es el paso del hombre de una menor perfección a una mayor.
-La búsqueda de los honores y de las riquezas distrae también, y no poco,
la mente, sobre todo cuando se los busca por sí mismos, ya que entonces se los
considera como el sumo bien.
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