-Tu
momento ha llegado. Prepárate para ser llevado al otro mundo.
Estremecido y temblando de miedo,
con el rostro tan blanco como la nieve, Nasrudín consiguió decir unas palabras
de forma entrecortada:
-Soy
musulmán, y me gustaría tener una última oportunidad de demostrar que me
arrepiento profundamente de mi mala conducta pasada.
-¿Qué
oportunidad quieres? —preguntó el ángel.
-Si
pudiera disponer de un tiempo para realizar las cinco oraciones antes de mi
muerte —suspiró Nasrudín—, estoy seguro de que seguiría mi camino en paz.
-Muy
bien —contestó el ángel—. Volveré mañana a esta hora, cuando hayas realizado
tus cinco oraciones.
Al día siguiente, llegó a la hora
fijada.
-Has
tenido un día extra de vida, Nasrudín. Ahora debes venir conmigo.
-¿No me
prometiste que me permitirías realizar mis cinco oraciones antes de morir?
-Así
es.
-Bien,
he realizado solo dos.
-¿Y
cuándo dirás las demás?
-Cuando
me parezca.
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