-Cuando no tenía nada que perder,
era libre.
-Cuando todos los días resultan
iguales, es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen
en su vida cada vez que el sol cruza el cielo.
-Cuando yo no tenía nada que
perder, lo tenía todo. Cuando dejé de ser quien soy, me encontré.
-Deja de estar pensando siempre
que causas alguna molestia, coacción o perturbación a tu prójimo. Si así fuera,
la gente ya protestaría, y si no tuviera el valor para hacerlo, es su problema.
-Deja de pensar en la vida y
resuélvete a vivirla.
-El amor es también una cosa
misteriosa: cuanto más compartimos, más se multiplica.
-El camino de la magia -como, en
general, el camino de la vida- es y será siempre el camino del misterio.
-El dolor de ayer es la fuerza de
hoy.
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