*Apuleyo, Lucio
-El primer vaso corresponde a la sed. El segundo, a la alegría. El tercero, al placer. El cuarto, a la insensatez.
*Boecio, Anicio
-En toda adversidad de fortuna, el mayor mal es haber sido antes felices.
*Cayo Valerio
-El sol se pone y nace de nuevo. Pero nosotros, cuando se apaga nuestra breve luz, dormimos para siempre en una noche perpetua.
*Fedro, Cayo Julio
-El hombre instruido tiene siempre las riquezas en sí mismo.
-Soportad esta calamidad, no sea que os venga otra mayor.
*Julio César
-Nada es más fácil que censurar a los muertos.
*Marco Valerio
-La fortuna a algunos les da demasiado, a ninguno le da lo bastante.
*Petrarca
-El que habla mal de otros a sí mismo se condena.
-Se necesita ser misérrimo para envidiar a un mísero.
*Plinio el Joven
-El carácter más elevado es aquel que está dispuesto a perdonar los errores morales de los demás como si él mismo fuera culpable de ellos cada día, y que tiene tanto cuidado de no cometer una falta como si nunca las perdonara.
*Publio Cornelio
-En la naturaleza del hombre está odiar a quienes ha ofendido.
-Mientras haya hombres habrá vicios.
*Publio Sirio
-El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna.
-El hombre muere tantas veces como pierde a cada uno de los suyos.
-El hombre sabio ve en las desventuras ajenas las que debe evitar.
-Ningún hombre es feliz a menos que crea serlo.
*Quintiliano, Marco Tulio
-El que parece sabio entre los tontos parece tonto entre los sabios.
-La conciencia vale por mil testigos.
-Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.
*Quinto Curcio
-Los ríos más profundos corren con menos ruido.
*Quinto Horacio Flaco
-La virtud es el punto medio entre dos vicios opuestos.
-Mezcla tu prudencia con un grano de locura.
-Prueba a ser como dicen de ti tus aduladores.
-¿Quién es libre? Solo el que sabe dominar sus pasiones.
-Recorres el mundo en busca de una felicidad que está siempre al alcance de tu mano.
*Severino Anicio
-En cualquier adversidad de la fortuna, la infelicidad es haber sido feliz alguna vez.
*Terencio, Publio
-Tantos hombres, tantos pareceres: cada uno tiene su manera.
-Tengo todo y no poseo nada: Nada es y nada me falta.
*Tito Livio
-Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pero no rehacerse.
-El primer vaso corresponde a la sed. El segundo, a la alegría. El tercero, al placer. El cuarto, a la insensatez.
-En toda adversidad de fortuna, el mayor mal es haber sido antes felices.
-El sol se pone y nace de nuevo. Pero nosotros, cuando se apaga nuestra breve luz, dormimos para siempre en una noche perpetua.
-El hombre instruido tiene siempre las riquezas en sí mismo.
-Soportad esta calamidad, no sea que os venga otra mayor.
-Nada es más fácil que censurar a los muertos.
-La fortuna a algunos les da demasiado, a ninguno le da lo bastante.
-El que habla mal de otros a sí mismo se condena.
-Se necesita ser misérrimo para envidiar a un mísero.
-El carácter más elevado es aquel que está dispuesto a perdonar los errores morales de los demás como si él mismo fuera culpable de ellos cada día, y que tiene tanto cuidado de no cometer una falta como si nunca las perdonara.
-En la naturaleza del hombre está odiar a quienes ha ofendido.
-Mientras haya hombres habrá vicios.
-El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna.
-El hombre muere tantas veces como pierde a cada uno de los suyos.
-El hombre sabio ve en las desventuras ajenas las que debe evitar.
-Ningún hombre es feliz a menos que crea serlo.
-El que parece sabio entre los tontos parece tonto entre los sabios.
-La conciencia vale por mil testigos.
-Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos.
-Los ríos más profundos corren con menos ruido.
-La virtud es el punto medio entre dos vicios opuestos.
-Mezcla tu prudencia con un grano de locura.
-Prueba a ser como dicen de ti tus aduladores.
-¿Quién es libre? Solo el que sabe dominar sus pasiones.
-Recorres el mundo en busca de una felicidad que está siempre al alcance de tu mano.
-En cualquier adversidad de la fortuna, la infelicidad es haber sido feliz alguna vez.
-Tantos hombres, tantos pareceres: cada uno tiene su manera.
-Tengo todo y no poseo nada: Nada es y nada me falta.
-Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pero no rehacerse.
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